Características de una buena página web

               

En el entorno digital y tecnológico actual, las plataformas web son indispensables para que las empresas puedan captar nuevos clientes y vender sus productos y servicios por internet. Contar con una web de empresa, un blog corporativo o una tienda online se ha convertido en una necesidad para cualquier negocio que quiera crecer y competir en el mercado digital actual.

Las características de una buena página web son diversas y deben tenerse en cuenta para poder ofrecer la mejor experiencia de usuarios y así incrementar la visibilidad del negocio.

10 características para que tu web sea buena

A continuación, ofrecemos diez características básicas que toda web debe poseer si quiere triunfar hoy en día.

1. Velocidad de carga rápida

Si una web demora más de 3 segundos en cargar la tasa de rebote, o usuarios que la abandonan en busca de una alternativa más rápida, se dispara de forma exponencial. Conseguir que la velocidad web sea la más rápida posible es uno de los principales objetivos para mejorar el posicionamiento web e incrementar el alcance del sitio.

Uno de los aspectos más importante para que una web tenga un tiempo de carga rápido es la elección del hosting. Un buen proveedor de alojamiento web ofrecerá un hardware potente que garantice una gran velocidad web.

2. Usabilidad web

Un buen sitio web debe ser usable, es decir, que los usuarios puedan acceder a su contenido y utilizar de forma sencilla sus distintas funcionalidades.

A la hora de ofrecer una buena usabilidad es importante tener en cuenta factores como la estructura de la web, los niveles de profundidad, el diseño de la interfaz de usuario o el uso de elementos que faciliten la navegación (menús, enlazado interno, breadcrumbs…).

3. Accesibilidad web

La accesibilidad web es otra característica fundamental que debe cumplir todo sitio web de calidad moderno. Consiste en optimizarlo para que cualquier usuario pueda acceder a su contenido y utilizar sus funciones, independientemente de si sufre algún tipo de deficiencia (visual, auditiva…).

4. Adaptabilidad móvil

Una buena página web debe adaptarse a las características propias de los dispositivos móviles, como la pantalla de menor tamaño, la orientación vertical o la usabilidad táctil.

Para garantizar esta adaptabilidad a teléfonos móviles y otros dispositivos similares, se puede apostar por dos técnicas.

  • Diseño responsivo. Adaptar de forma automática la web a los teléfonos móviles.
  • Mobile first. Diseñar toda la web para teléfonos móviles, y posteriormente adaptarla a dispositivos de escritorio (PC y portátiles).

5. Estructura reconocible

Una buena web debe incluir todos aquellos elementos que son reconocibles y esperados por los usuarios, para facilitar su navegación y proporcionarles la mejor experiencia de usuario.

Entre los elementos básicos de una web podemos nombrar el encabezado, el menú principal de navegación, el pie de página, el blog, las páginas de contactos y quiénes somos, etc.

6. Interacción con el usuario

Una web moderna debe ser interactiva, es decir, que el usuario pueda interactuar con ella, e incluso crear contenido.

Son muchas las formas de conseguirlo como activar comentarios en el blog, realizar encuestas, implementar formularios web, incluir botones para compartir en redes sociales el contenido o activar sistemas de valoraciones y reseñas, entre otras.

7. Seguridad web

Es fundamental que un sitio web sea seguro, garantizando la integridad y la información que se intercambia con él. De esta manera, los usuarios tendrán confianza en el sitio y así podrán compartir datos personales o incluso realizar compras online.

En el aspecto de la seguridad, una buena web debe incorporar.

  • Certificado de seguridad SSL/TSL.
  • Activo el protocolo de internet seguro (HTTPS).
  • Uso de pasarelas de pago seguras.
  • Sistema de copias de seguridad

8. Cumplimiento de las leyes de protección de datos

Las leyes de protección de datos tienen como objetivo garantizar que la información sensible y personal de los usuarios esté protegida. Una buena web debe cumplir con las leyes de protección de datos de los países donde opera (cumplir con la ley de cookies, acceso a la política de privacidad, ofrecer un correo para borrar datos personales de la base de datos de la web…).

9. Diseño atractivo

El aspecto visual es fundamental para atraer la atención de los usuarios y ofrecerles la mejor experiencia. Una buena web debe ser visualmente atractiva, utilizando para ello elementos como imágenes de calidad, vídeos, infografías, y todo aquello que pueda causar un gran impacto en el usuario.

10. No contener páginas de error

Si una web tiene URL que muestran mensajes de error, arruinarán la experiencia de usuario y proyectarán una mala imagen del sitio. Utilizando herramientas como Google Search Console y redireccionamientos web será sencillo detectar y eliminar esas páginas de error para ofrecer una web en perfectas condiciones para el usuario.

 

Cumplir con las principales características de una web es fundamental para ofrecer la mejor experiencia de usuario y así conseguir que aparezca en las primeras posiciones de las páginas de resultados de Google, con el consiguiente incremento de su tráfico web.

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Daños del malware: cómo pueden afectar

               

Los ataques informáticos por malware son una de las mayores amenazas a las que se enfrentan empresas, instituciones públicas y particulares en esta era digital. Internet se ha convertido en un canal clave para muchas de nuestras tareas cotidianas importantes, algo que aprovechan los ciberdelincuentes para intentar robar datos y realizar ataques con fines delictivos y fraudulentos.

Los daños del malware pueden ser graves para las plataformas, sistemas y datos de una empresa, bien por robo de información sensible, como por evitar el acceso a los mismos. Por este motivo, es importante contar con herramientas y políticas adecuadas de protección que eviten o minimicen las consecuencias de estos programas maliciosos. Por ejemplo, contratando un hosting seguro se protegerá la página web, blog o tienda online de la empresa de este tipo de ataques.

Qué es un malware

Un programa malicioso o malware en informática es un software que se instala en un dispositivo sin que el usuario sea consciente de ello, y que puede tener muchos objetivos, desde recabar información de los usuarios o robar credenciales de acceso, hasta impedir el correcto funcionamiento del sistema.

Es habitual confundir virus con malware, ya que son términos relacionados, pero diferentes. Un virus es un tipo de malware que se ejecuta junto a otro programa sin que el usuario sea consciente, con el objetivo de modificar otros programas instalados en el dispositivo para alterar su funcionamiento.

Las infecciones por malware son uno de los grandes problemas a los que se enfrentan usuarios y empresas en la actualidad, ya que existen infinidad de programas maliciosos que utilizan los ciberdelincuentes para realizar ataques a dispositivos y sistemas.

Tipos de malware

Dentro del malware se engloban distintos tipos de programas maliciosos que tienen objetivos distintos.

Veamos los diferentes tipos de malware que existen:

Troyanos

Su nombre proviene del “caballo de Troya”, haciendo alusión a su forma de actuar. Consiste en instalar sin que el usuario sea consciente, un software en su dispositivo que tiene la función de permitir el acceso a terceros.

Los troyanos son un tipo de malware que abre la puerta para realizar ataques con otros malware más peligrosos, como pueden ser virus o ransomware, por ejemplo.

Ransomware

Se trata de uno de los tipos de malware más peligrosos en la actualidad porque pueden llegar a parar completamente la actividad de una gran empresa u organización. Consiste en encriptar los archivos de un sistema, impidiendo el acceso a los usuarios. Suele venir acompañado de un mensaje donde se pide una cantidad de criptomonedas a cambio de proporcionar las claves de encriptado, por lo que se le conoce como malware de secuestro.

Gusanos

Este malware tiene el objetivo de infectar a través de la red a otros dispositivos, causando a su paso daños en archivos y datos. Su principal característica es la de replicarse a sí mismo para ir infectando todo lo que encuentra a su paso.

Virus

Son programas maliciosos que vienen ocultos junto a otro software de utilidad, y que se instalan en el dispositivo sin que el usuario sea consciente de ello. Un equipo infectado con un virus sufre modificaciones de otros programas que alteran su funcionamiento.

Spyware

Es un malware especialmente diseñado para monitorizar la actividad de los usuarios y pasar esa información a terceros (sin que el propio usuario sea consciente de ello).

Rootkit

Este ataque malicioso infecta un sistema y otorga permisos de administrador a un tercero. Se utilizan para muchos fines, permaneciendo oculto al propio sistema operativo y a los usuarios.

Adware

Cuando el usuario utiliza su navegador web y no dejan de salir ventanas con avisos de publicidad sin relación con su navegación y que son molestas e intrusivas, probablemente el dispositivo ha sido infectado por un Adware.

Qué daños puede causar un malware y cómo protegerse

Un malware puede causar distintos niveles de daño para una empresa o particular. Desde simplemente molestar su navegación y arruinar su experiencia de usuario, hasta paralizar por completo el funcionamiento de una empresa o impedir el uso de una computadora.

Los daños habituales que puede provocar un ataque por malware son:

  • Robo de credenciales de acceso (a bancos, cuentas de correo electrónico, plataformas online).
  • Impedir el acceso a archivos y datos (encriptándolos).
  • Mal funcionamiento del sistema (velocidad lenta, comportamiento inapropiado de las funciones del software, navegación web lenta).
  • Llenar la pantalla de publicidad no deseada y con enlaces a sitios fraudulentos.
  • Aparición de pantallas de error del sistema operativo, obligando a reiniciar el sistema.

 

Hemos visto qué es malware, sus tipos y las consecuencias que originan en un dispositivo o sistema. Protegerse contra ataques por malware debe ser una de las prioridades en ciberseguridad de una empresa para lo cual es necesario que implementen sistemas de protección y políticas de seguridad adecuadas, apuesten por la formación en ciberseguridad de los usuarios, y utilicen plataformas y entornos seguros (proveedores cloud de confianza y hosting seguros, por ejemplo).

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